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Exorcista


Adivina, abril de 2003 

Cada el doce hombre está poseído por espíritus

 

Desde hace 20 años liberta a la gente de espíritus. De ordinario esto se llama exorcismos. Wanda Pratnicka utiliza para esto fuerzas mayores. Sabe comprobar a distancia si alguien se encuentra bajo la influencia de un espíritu.

Exorcista

Tanto como cada uno de nosotros está rodeado por una gran cantidad de bacterias y viruses, así al poseído le rodean espíritus - dice - Esto son almas de gente la cual tras la muerte en lugar de irse - se quedó. Pueden ser malos, buenos, extraños y familiares. Causas de lo que se quedaron en nuestra dimensión hay mucho. 

Señora Wanda lleva un fichero. 

Ayudó ya casi a 8 mil personas poseídas. En 95 por ciento es suficiente una intervención para que el espíritu se vaya. Solo en 5 por ciento espíritus no se van, a pesar de un trabajo de varias semanas. 

Esto puede ser causado por mala voluntad del espíritu o poseído.

Conocía personalmente a un reverendo ya muerto Eugene Maurey (sanador americano, radiesteta, autor del libro "Exorcismos"). Se corespondían con sí mismos durante muchos años consultando los casos dificultosos. A consecuencia de la colaboración lograron conocer mejor el problema de autismo. Wanda Pratnicka curó a a muchos niños autísticos. Según ella, esta enfermedad considerada como algún tipo de esquizofrenia, por lo general esta causada por la invasión de espíritus. 

Wanda Pratnicka es psicólogo, parapsicólogo y clarividente. El primer egzorcismo realizó sin saber de la persona poseída. Era una buena conocida. En cierto momento se ensimismó, descuidaba de su familia, se rellenaba de tranquilizantes. Señora Wanda vio a algo negro que le cubría a ella. Empezó a imaginarle que recoge de ella esa negra sustancia. 

Al día siguiente la conocida se despiertó como si para una nueva vida. Eso ocurrió hace 20 años. Hoy Wanda primero pregunta a Dios ¿si puede liberar al hombre de espíritu? Ya que ocurren también asuntos en los que ella no puede ingerir. Karma.

Amante con una hacha

La invasión de un espíritu cambia sensibilidad y personalidad de hombre. Lleva a multiplicación de la personalidad y también a aparente irresponsabilidad. Ella puede tomar diferentes formas: desde simples trastornos mentales hasta todos los tipos de neurosis, demencias, histeria, epilepsia, melancolía, cleptomanía, idiotez, manía religiosa o suicida, amnesia, perversiones sexuales, crueldades, etc. Los espíritus malignos intentan a hacer daños al hombre en su salud, sentimientos, negocios, toman alegría de vida e inspiran el deseo de la muerte.

El reverendo Maurey valoraba que cada el doce hombre está poseído por un espíritu. En opinión de Wanda Pratnicka cada el asesino está poseído por un espíritu. Una vez se dirigió a ella una mujer. El marido le dejó a ella con dos niños pequeñitos, salió para ganar en los Estados Unidos y desapareció. Después de unos años los niños traeron del patio algún hombre y dijeron que él sería su papá. Primero ambos se reían de esto. Sin embargo, después de algún tiempo se enamoraron y establecieron juntos. Los niños ya eran mayores de edad cuando algún día se puso en el umbral un descamisado - He vuelto - dijo. Ya que todo el tiempo era registrado allí, el otro tuvo que mudarse. 

La mujer a menudo visitaba al concubino. Alguna noche durante actos de amor, el concubino salta de la cama con grito, lleva los pantalones y sale corriendo al pasillo. Coge la hacha, parte a la calle y mata a hachazos al primer hombre encontrado.

Todos están en choque, el asesino también. Él tampoco entiende nada. Recuerda solo, que de repente algo le mandó matar al amante. Para evitarlo salió corriendo. Quiso fumar un cigarillo, pensaba que se iría. Pero no se fue. Wanda Pratnicka descubrió que el hombre era poseído por un espíritu. Ahora está en la carcel y el proceso está en curso. Su purificación (por lo cual pide la concubina) es fácil, sin embargo la exorcista asegura que es mejor esperar hasta el fin de proceso. El hombre poseído por un espíritu a menudo parece como enfermo mental. Si así le estimaran los médicos y jueces, puede obtener menor sentencia.

Trampa para los espíritus

Los espíritus de alto desarollo van a la ultratumba, a las vibraciones más altas. Pero espíritus son como la gente. Muchos se atiene a la materia terrestre. Unos no se van porque dejaron aquí unos asuntos no terminados. Por ejemplo madres de los pequeños niños. Otros están perdidos, como si no advirtiesen su propia muerte: piensan y sienten como siempre, pero no tienen cuerpo. Tal espíritu está desilusionado: ¡no vivo, pero soy! Quiere decirlo a sus cercanos, pero nadie lo oye, nadie lo ve. El espíritu asustado entra pues en algún cuerpo. Entonces tiene aparente impresión que ello se encuentra bajo su control. 

A menudo los enlutados con su desesperación imposibilitan la partida de espiritu. En seguida después de la muerte acuden para él los "protectores" de más altas esferas espirituales. Cuando espíritu no aprovecha esa ocasión, se erra luego entre los vivos.

Es fácil entrar en un cuerpo, pero muy difícil salir del mismo. Aprovecha entonces ayuda del exorcista o persuade al propietario del cuerpo a suicidio. En opinión de señora Wanda todos los suicidas están poseídos.

Sin embargo los peores son espíritus de las personas malas durante la vida. A ellos les retiene la gana de hacer daños solo para hacerlo o para seguir usando la vida (sexo, alcohol, drogas). Drogadictos y alcohólicos están a menudo poseídos por un espíritu.

Carrera de los suicidas. 

Wanda Pratnicka purifica a distancia. Su cuerpo astral se traslada al lugar donde vive el poseído. Sin avisar. De esta manera cuida del sentido de seguridad del purificado. Cuando el espíritu no sabe que está acompañado, se va sin causar dolor al purificado.

Su taller de trabajo es un cuaderno en el cual inscribe: nombre y apellido del poseído, nombres de sus padres, fecha de nacimiento y lugar de residencia. Se concentra sobre el apunte tanto tiempo hasta que verá o sentirá al espíritu. A veces se apoya con una pendola. Luego empieza a hablar con espíritus. De vez en cuando hay muchos dentro de una persona.

Examina también a toda la familia del poseído, porque en general el espíritu agobia a todos. Se dirigió una vez alguna mujer. Primero se ahorcó su marido, luego su hija. Cuando curó las heridas, encontró a un hombre, se enamoraron. !Y de repente - bum! - Quiero quitarme la vida - dice la mujer - No sé por qué. Tengo un novio magnífico, pero algo me instiga a suicidio. Resultó que le instigaba el mismo espíritu que había obligado a muerte a su marido e hija.

Espíritu - hediondo

Espíritu hede a menudo y deja olor en casa. Tan terrible, que es difícil aguantar y acompañandolo trae un alivio a los habitantes. A vecez regresa y el olor vuelve a extenderse en casa. Cuanto más maligno y peor espíritu tanto más daños hace al poseído.

A la señora Wanda se dirigió esposa de un profesor. Según los médicos él era esquizofrénico. Señora Wanda le examinó a distancia y vio a un espíritu demoníaco junto a él. Rehusó la reacción, porque se asustó. La esposa comenzó a implorar: !es para la ciencia polaca! Por fin la exorcista cedió las súplicas. La medida resultó fácil. ¡Pero qué ocurría en la casa de profesor, cuando espíritu abandonaba el cuerpo! !Completamente demoló la vivienda! Hizo muebles en anicos, como de una fuerza titánica. Por fortuna tal malicia ocurre pocas veces.

¡Que mueras, zorra!

Lo más difícil es purificar a la gente quién no quiere dejar ir a espíritu, porque demasiado creían a la persona muerta. A la exorcista traeron un día una hermosa chica. Tenía 185 centímetros de estatura y pesaba apenas 37 kilógramos. Era tan debilitada que tenían que mantenerla. "Habitaba" dentro de ella su abuela.

Wanda trataba de explicarlo, pero la chica se oponía - Se equivoca usted, porque yo quería a abuelita mucho. Exorcista habló en pensamientos con la abuela y pidió a ella por una carta para la nieta. A la chica le mandó tomar una pluma y papel. Y entonces de debajo de pluma salieron palabras: "¡Tú zorra! ¡Antes mueras que yo me iré! Vas a morir, como mi pequeño perrito." Para la chica era un choque. Pero útil, permitió acompañar al espíritu.

No salió en otro caso. Aquel chico en agosto fue incorporado al militario servicio secreto. Fue examinado dos vecez más detalladamente que otros. Era sano. Pero ya en septiembre se enfermó de leucemia. Señora Wanda vio que al chico entró el espíritu de su tío, el cual tambien murió de leucemia. Intentaba a sacar afuera al tío, pero chico no permitía - No, no, tío no me hará ningún daño - decía. Luego gritaba: !Tío! ¡Ven, ayuda! Finalmente el chico falleció.

Es casi una regla que enfermedad de la cual el espíritu padecía, cuando aún tenía cuerpo, padece también la persona poseída por él.

Violadores de ultratumba

Más a menudo que parece, los espíritus violan a gente. A la exorcista vino hijo de alguna mujer vieja. Más que una vez veía a ella con las piernas ampliamente abiertas. Resultó que era violada por el marido difunto. La sabiduría de Wanda Pratnicka desbarata psicología y psiquiatría. A otra luz muestra estados y hechos, considerados como una enfermedad o salida de norma. Detrás de las anomalías simplemente se asoma... espíritu. Incluso homosexualidad en 90 por ciento está causado por la actividad de espíritus - asegura exorcista.

He aquí se presenta la madre de una lesbiana joven. La chica se interesa en mujeres, le gustaría ser un hombre. Vive con su amante. 

Resultó que la chica fue encarnada por un hombre muy fuerte, su abuelo. Él siempre era muy aficionado de mujeres. Quiso darse aún buena vida mediante la nieta. Tras la primera purificación la chica regresó a madre. Pero depués de algún tiempo de nuevo se mudó a su novia. Los separaciones y regresos se repetían. La lucha contra el espíritu de abuelo duraba un año.

Espíritu - ladrón

Algún matrimonio por muchos años vivía en paz. De repente, a la vejez, ella empezó a reprobar al marido que le robaba distintas cosas. ¡Incluso llamaba a Policía! Desesperado abuelo llamó a Wanda Pratnicka: ¿Qué hacer? Nunca le robé nada. Resultó que era un espíritu quien cizanaba tanto. Tal explicación solo enojó a abuela. ¡Y he aquí algún día los viejecitos están sentados en casa, cuando a la vista de ellos por encima del suelo flota... el balón con vino! Miran enmudecidos y balón atravesa por la habitación, por zaguán y nada al patio. Allá se encontraban unas personas y de repente alguien gritó asustado: - ¡Mirad! En ese momento el espíritu se habrá asustado, porque el balón cayó al suelo con estruendo, como si alguien lo soltara. El vino se vertió, pero espíritu no regresó ya.